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Don Pedro Cortés se ganaba la vida recorriendo los mares enrolado en la compañía que daría nombre a su establecimiento, Navieras Bilbaínas. Trabajando como mayordomo a bordo de varios barcos, descubrió infinidad de lugares, quedando fascinado por uno en especial: Valparaíso, en Chile, lo que le hizo preguntarse si algún día Benidorm podría convertirse en un sitio tan idílico. Y esto fue lo que impulsó la apertura del hotel.
Con los ahorros obtenidos tras años de trabajo en Navieras Bilbaínas y la ayuda de su mujer, Angelina, empezó a construir el primer hotel de Benidorm en los años 20, al que pondría el nombre de Bilbaíno como agradecimiento al trato recibido por la empresa.
Entre 1926 y 1930 se produjo la primera inauguración oficial, a la que asistió el alcalde del pueblo. En todo caso, lo destacable de aquella época dorada era la forma de regentar el hotel. “Hemos intentado mantener un trato personalizado, ajustándonos a cada época, pero lógicamente no tiene que ver con el de aquellos primeros años, en los que todo el servicio salía a la puerta a recibir o despedir al huésped”, explican los responsables del Hotel Bilbaíno.
El Bilbaíno, además, vivió la guerra. “Ya estaba abierto cuando se produjo el alzamiento, y claro, en ese momento había huéspedes, sobre todo empresarios de Alcoy y gente de Madrid a quienes dieron refugio”. Tras la contienda, el hotel continuó su andadura, recibiendo a personalidades, como Jorge Negrete.
Ya en los 40, el hotel continúo su marcha. Se recuerdan las tertulias de “las fuerzas vivas del pueblo para discutir el futuro del mismo” y la marquesina. Ligeramente por encima del suelo, esta se levantó con madera en la playa y en ella se servían cafés, refrescos y la banda tocaba para el baile. A día de hoy, cuando hay temporal, aún pueden verse dos de aquellos postes, que eran traviesas del tren.
En 1963 el hotel se arrendó por primera vez a Pascual Pérez, que mantuvo el estilo marcado hasta entonces, aunque actualizándose a los nuevos tiempos. Los antiguos propietarios retomaron la dirección a comienzos de los 80 y hasta el año 2004, fecha en la que se volvió a alquilar, pero siempre apostando por el trato personalizado y la comodidad de sus huéspedes.
